lunes, 17 de diciembre de 2012

El otro día hablando con otro profe de kung fu, comentábamos que contra más tiempo lleva uno practicando, peor le salen las cosas, es frustrante. Él decía que como sabemos hasta donde podemos llegar y como hay que hacer las cosas, somos también más conscientes de nuestros propios fallos y de si estamos implicándonos del todo o solo lo hacemos ver. Está claro que todos los días no estamos al 100% y a veces física y emocionalmente no llegamos, el problema está en que nos acostumbramos. En esta cultura europea no se valora el esfuerzo y nos volvemos cobardes, preferimos no intentarlo a intentarlo y fracasar. Confundimos el ser suaves con uno mismo, con ser débiles e indulgentes, nos tenemos que animar a invertir en pérdidas.

Una cáida, un fallo no es un error si se sigue intentando, es un paso necesario hacia la solución

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